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La Comunicación No Verbal en las Entrevistas de Trabajo

La importancia de lo que decimos sin palabras.

 

Cuando te preparas para una entrevista, no solo es importante ensayar tus respuestas a las preguntas comunes o hacer un repaso de tu experiencia profesional. Es igualmente crucial ser consciente de cómo la comunicación no verbal respalda o contradice tu mensaje. Un discurso poderoso puede verse comprometido si no va acompañado de un lenguaje corporal coherente.


Si hablamos de comunicación, a menudo pensamos en palabras, pero hay muchos otros factores que juegan un papel esencial en cómo se nos percibe. La comunicación no verbal es poderosa y, cuando se utiliza correctamente, puede mejorar enormemente tu capacidad para conectar con otras personas y dejar una impresión duradera. En el mundo de las entrevistas de trabajo, donde cada interacción cuenta, es esencial ser consciente no solo de lo que dices, sino de cómo lo dices y cómo tu lenguaje corporal lo respalda.


A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para asegurarte de que tu comunicación no verbal esté alineada con tus palabras.



¡La Primera Impresión cuenta y mucho!


La primera impresión se forma en cuestión de segundos y es difícil de cambiar. Desde el apretón de manos hasta tu mirada, todo cuenta.

  • El apretón de manos. Un saludo firme, pero sin apretar demasiado proyecta confianza y seguridad. Por el contrario, un salido flojo puede ser interpretado como falta de seguridad o interés.

  • Contacto visual. Esa primera mirada genuina, directa a los ojos de la persona que va a evaluar si podemos y queremos desempeñar el puesto al que optamos, dice: "Estoy aquí, presente y con ganas de mostrarte todo mi potencial". Mirar directamente a los ojos transmite sinceridad y empatía. Mientras que desviar la mirada puede ser interpretado como inseguridad o desinterés.

Al igual que la primera impresión, el adiós es crucial. Un gracias genuino, seguido de la reafirmación del interés por el proyecto, puede dejar una impresión duradera.


No es solo lo que dices, sino cómo lo dices


El tono, el volumen y la velocidad de tu voz son un reflejo de tu estado interno. ¿Quieres saber qué dicen de ti?

  • Inflexiones en el tono de voz. Imagina escuchar una canción que solo tiene una nota. ¡Aburrido, verdad! ¿Cuánto tardarías en desconectar? Un tono de voz monótono transmite falta de entusiasmo y genera, en la persona que lo escucha, hastío y desinterés. Cambia la melodía de tu voz para subrayar puntos y transmitir entusiasmo. Utiliza inflexiones para enfatizar puntos clave y dar vida a tu discurso. El tono de tu voz puede agregar color y dimensión a tus palabras.

  • Volumen adecuado. Ni muy alto, ni muy bajo. Habla con un volumen que denote seguridad. Si te estás preguntando, ¿dónde está ese punto medio? Te dejamos un truco. Adapta tu volumen al de la persona que plantea las preguntas.

  • Cadencia de la voz. Hablar demasiado rápido puede ser interpretado como un reflejo de cierto nerviosismo e incluso como una maniobra de distracción para pasar por alto algo que no deseas compartir o que prefieres esconder. Por tanto, lo ideal es intentar mantener un ritmo constante, pausando de vez en cuando para respirar y permitir que tus palabras se asimilen.


La danza del cuerpo


Tu postura habla sobre ti. La manera en que te sientas y te mueves puede ser reveladora para quien sabe escuchar aquello que no se dice.

  • Postura. Mantener una postura recta demuestra interés y compromiso. Una espalda erguida y unos hombros relajados serán percibidos como confianza y accesibilidad. No obstante, cruzar los brazos o las piernas, puede indicar que estás a la defensiva o que no hay una total receptividad hacia la conversación.

  • Gestos manuales. Hablar con las manos puede ser efectivo, pero cuidado con exagerar o distraer. Un gesto abierto aquí y allá puede añadir énfasis y demostrar pasión.

  • Evita la inquietud. Tocarte el pelo, la cara o jugar con objetos y moverse constantemente, distrae. Canaliza esa energía en enfocarte en la conversación.


Tu cara, un espejo de emociones


Es difícil esconder lo que se siente realmente, a menos que, ¡cuentes con excelentes habilidades interpretativas!

  • El poder silencioso de una sonrisa. ¿Has notado cómo una sonrisa cambia el ambiente? Sonreír es un recurso poderoso para generar empatía y mostrar entusiasmo. Una sonrisa sincera puede relajarte, además de crear un ambiente amigable y accesible.

  • Contacto visual. Mirar a alguien a los ojos establece confianza y muestra que estás presente en la conversación. Sin embargo, es esencial encontrar un equilibrio, ya que una mirada fija puede resultar intimidante.


Escucha y conecta


La comunicación no se trata solo de hablar. Escuchar activamente, asentir y reflejar comprensión demuestra que valoras lo que se dice y que estás presente en el momento.

  • Escucha activa. Asiente ocasionalmente, haz preguntas pertinentes e incorpora frases o palabras empleadas por tu interlocutor o interlocutora a tu discurso para mostrar que estás atendiendo y procesando la información proporcionada. Reflejar entendimiento e interés en la conversación es un básico para conectar.

  • Mostrar entusiasmo. Tu energía y pasión deben reflejarse no solo en lo que dices sino en cómo lo dices. Siempre es más fácil conectar con personas que transmiten energía y positividad.


Coherencia entre lo que dices y muestras


Cuando no existe coherencia entre lo que dices y lo que no dices, es fácil que tus palabras pierdan fuerza e incluso la partida. Ya decíamos al principio que un mensaje poderoso puede verse comprometido si no va acompañado de un lenguaje corporal coherente.


Si has aplicado a un puesto comercial y te describes como una persona extrovertida, con amplias habilidades para las ventas, pero lo haces evitando el contacto visual, empleando un tono de voz muy bajo y adoptando una postura encorvada, ¿no crees que estás enviando mensajes contradictorios? ¡Haz que tus palabras y acciones bailen al mismo ritmo!


Tu comunicación no verbal es una herramienta poderosa que, cuando se utiliza correctamente, puede abrir puertas y crear oportunidades inesperadas.


Así que la próxima vez que te prepares para una entrevista, recuerda: no es solo lo que dices, también lo que muestras. ¡Haz que cada gesto, mirada y tono cuenten! Una entrevista es una danza entre lo que dices y cómo lo dices. Y si preparar respuestas y discursos es esencial, resulta igualmente crucial ser consciente de cómo transmites esos mensajes con tu cuerpo.


La congruencia entre palabras y actitudes es esencial para transmitir un mensaje sólido y confiable. Tomar conciencia de esa realidad puede ser la diferencia entre una entrevista que deja o no deja huella. ¡Prepárate para el éxito!


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